lunes, 22 de septiembre de 2014

***Charles Baudelaire (1821-1867)***
                      Introducción a su estudio
Hemos comenzado con el estudio de uno de los grandes poetas de la lírica francesa: Charles Baudelaire. Tres características fundamentales de este escritor fueron destacadas por el profesor, que oportunamente se irán profundizando:
1- Importancia de la metáfora (especialmente en relación con el asunto de las correspondencias y de la imaginación)
2- Lirismo que tiende a la despersonalización.
3- La introducción de lo abyecto (la putrefacción, la embriaguez, la desidia, lo feo).
Estos tres elementos guardan relación con el estudio que realiza Baudelaire sobre el arte romántico, en el que expresa que "se trata para él de sonsacarle a la moda lo que pueda tener de poético dentro de lo histórico, de extraer lo eterno de lo transitorio". Así, "el modernismo es lo transitorio, lo fugitivo, lo contingente, la mitad del arte, cuya otra mitad es lo eterno y lo inmutable..." (El arte romántico). Todo esto está íntimamente relacionado, también, con los cambios que la organización social del Segundo Imperio y la revolución industrial produjeron. 
Friedrich plantea de la siguiente manera el problema de Baudelaire y su poética: ¿cómo es posible la poesía en una civilización comercializada y dominada por la técnica?
Hemos visto la biografía de Baudelaire, marcada por el autoritarismo de su padrastro y una vida bohemia de constantes mudanzas. También destacamos la importancia en el escritor del conocimiento y traducción de la obra de Poe. 
Baudelaire toma como modelos a Chateaubriand, Pétrus Borel y Sainte-Beuve, entre otros. Sin embargo, toma distancia con respecto al romanticismo en lo que se refiere al plano formal y temático de los escritores del 30, a quienes les critica la expansión sistemática y lacrimosa de las emociones en el poema. Por el contrario, Baudelaire promueve en su obra un lirismo que tiende a la despersonalización o que, si expresa un estado emocional, no lo hace de un modo tan experiencial. 
Admira a Théophile Gautier por el cuidado del aspecto formal, y al él le dedica Las flores del mal.
Por otro lado, es destacable la labor de Baudelaire como crítico de arte. Reconoce en pintores contemporáneos la cualidad que para él debe tener toda creación: el movimiento, la energía esencial que dinamiza la obra y equilibra el estado emocional de quien la contempla. Su ideal de pintura lo encarna Eugène Delacroix, de quien admira: la estética que se libera de la servidumbre de la imitación; su capacidad de sugerir; su capacidad de remodelar lo real; la manifestación de una imaginación constructiva, combinatoria, que descompone los datos de lo real para reconfigurarlo en la tela. 

    La muerte de Sardanápalo (1827)
La libertad guiando al pueblo (1830)
La barca de Dante (1822)
                                                              
Otros pintores elogiados por el poeta son Honoré Daumier y Gustave Courbet. 

Principios básicos de su teoría estética y poética

  • La magia del lenguaje
En Baudelaire, el material sonoro del lenguaje adquiere un poder sugestivo. Movimientos asociativos del lenguaje y su musicalidad: paso a las infinitas posibilidades del ensueño. Versos que pretenden ser acogidos como sugestión sonora. Los elementos rítmicos y musicales del lenguaje tienen casi el valor de fórmulas mágicas e instauran un sentido flotante e impreciso en el poema.
  • La fantasía creadora
Entre los nombres que Baudelaire da a la facultad de transformar lo real, desrrealizar la realidad, hay dos que se repiten con insistencia: sueño (rêve) y fantasía (imagination). Esto es buscado incluso a través de la ingesta de estupefacientes. Intento de escapar, de trascender las cosas que impone la realidad.
  • Descomposición y deformación
"La fantasía descompone toda la creación; y con los materiales recogidos y dispuestos según leyes cuyo origen sólo puede encontrarse en lo más profundo del alma, crea un mundo nuevo" (Friedrich). La idea de crear un mundo nuevo, de mirar todo como si fuese algo nuevo, es un elemento romántico que retoma Baudelaire y que también aparecerá en las vanguardias: captación de un mundo nuevo a través de la mirada del artista; el arte genera una deformación de la percepción mediante un extrañamiento de lo real, que obliga a ver el cosmos con ojos distintos.
Lo propio del proceso creativo es, entonces, descomponer/escindir, deformar lo real, y crear un artefacto artificial que transfigura el dato real/natural.
Esta concepción del arte explica la condenación que hace Baudelaire de la fotografía, que él define como una reproducción mecánica de lo real que lleva a la pérdida del aura, del misterio del objeto estético.

Edgar Allan Poe (1809-1849)
Estos principios están también relacionados con la obra de Poe, escritor que le permite a Baudelaire conceptualizar la categoría de modernidad. Filosofía de la composición, ensayo de Poe sobre el proceso de escritura de su poema "El cuervo", constituye el manifiesto antirromántico por antonomasia. En este, Poe desmonta de manera lapidaria la teoría del poeta inspirado, que obra como por un ataque que lo pone fuera de sí. Poe demuestra, por el contrario, cómo las elecciones compositivas de su poema estaban calculadas cerebralmente para producir en el lector determinados efectos estéticos. En Baudelaire ocurre lo mismo: no hay nada librado al azar, todo está pensado y calculado.
Con Poe, Baudelaire también comparte:
- una cosmovisión común: rechazo de la sociedad industrial, del capitalismo salvaje característico de aquella época.
- visión del poeta como flâneur: poeta observador del comportamiento de las multitudes en la gran ciudad; paseante que, por su condición de bohemio sin obligaciones, transita libremente por la ciudad y examina el comportamiento de la gente.  

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